Como diría Miguel de Cervantes, un lugar de La Mancha, cuyo nombre yo sí quiero, acordarme se encuentra Consuegra, un pueblo toledano donde podremos ver los famosos molinos que el ingenioso hidalgo Don Quijote confundió con gigantes y contra los que luchó enérgicamente. Y es que a pocos kilómetros de Madrid, se halla uno de los conjuntos de molinos de viento mejor conservados de tierras manchegas.
Como si fueran bravos guardianes, los molinos parecen estar escoltando al Castillo de la Muela, una edificación del siglo X, mandada construir por Almanzor, en época de dominio musulmán. Siglos después el castillo perteneció a los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén, que le dieron la estructura peculiar que tiene ahora. Cuando la invasión napoleónica, las tropas francesas ocuparon el castillo.
Toledo, declarada Patrimonio de la Humanidad, no nos permite elegir entre las fuentes de su cultura y su historia: toda ella es mezcla de tiempos y pobladores, de culturas y religiones, todos los estilos están en sus monumentos, todas las actividades seculares se representan en ella y su visita engrandece el alma, la inteligencia y la cultura. Toledo no nos deja indiferente y se nos clava en la memoria como el lugar al que querer volver siempre y que nunca terminaremos de conocer.
Abrazada por el meandro del Tajo, su posición geográfica guarda las causas de su longeva importancia. El hombre siempre encontró en el Torno del Tajo un lugar de privilegio estratégico para asentarse. En alto y rodeada por el foso natural del río, no deja dudas de su emplazamiento defensivo y de vigilancia. Por ello, algunos de los monumentos importantes están relacionados con su estructura militar: el Alcázar, las murallas o el Castillo de San Servando…
Toledo se erige como una ciudad tolerante que ha sido habitada por distintos pueblos y esta ha sabido respetar sus pasos, conservando hoy huellas importantes e estos pueblos lo, que le han otorgado el sobrenombre de Ciudad de las Tres Culturas.
Toledo
Los Monasterios de Yuso y Suso son Patrimonio de la Humanidad y están situados en el pueblo de San Millán de la Cogolla, en el valle del río Cárdenas, afluente del río Najerilla, en las estribaciones de la Sierra de la Demanda.
El Monasterio de Yuso, construido para ampliar el de Suso en el siglo XI, destaca por sus grandes dimensiones. Fue reconstruido en los siglos XVI, XVII y XVIII, y en él se conjugan diferentes estilos: renacentista y barroco principalmente.
El monasterio fue fundado por el rey Don García Sánchez III “el de Nájera” y su esposa Doña Estafanía de Foix que lo mandaron construir en 1052. El origen de su fundación se pierde en una leyenda que relata cómo el monarca encontrándose de cacería persiguió a su presa hasta una cueva donde encontró una misteriosa imagen de la Virgen y junto a ella un jarrón de azucenas, una campana y una lámpara. Tiempo más tarde el rey reconquistó la población riojabajera de Calahorra a los musulmanes y construyó el monasterio de Santa María La Real como una ofrenda a la Virgen que le había ayudado. A su vez instituyó la Orden Militar de los caballeros de la Terraza o de la Jarra, una de las órdenes más antiguas de España.
En 1079 Alfonso VI de Castilla incorporó a la orden benedictina de Cluny el monasterio junto al grupo de clérigos que lo habitaban desde su fundación, en el que permanecieron hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835. Desde 1895 es una comunidad de frailes Franciscanos quien rige el monasterio.
Claustro de los Caballeros
Cuando recorrimos La Rioja Alavesa no son pocos los lugares que irremediablemente captaron nuestra atención y permanecerán para siempre en nuestro recuerdo. Uno de esos sitios es Laguardia, y más en concreto, la Iglesia de Santa María de los Reyes y su espectacular pórtico.
Fue construido a finales del siglo XIV, aunque su maravillosa policromía es del siglo XVII y se encuentra en un excelente estado de conservación debido al resguardo que le brinda el porche exterior cerrado.
Las esculturas y figuras que lo componen sobrecogen desde el instante que uno entabla contacto visual con ellas. Dotadas de gran expresividad, da la sensación de que en cualquier momento vayan a empezar a hablar y moverse. Se trata de una serie de escenas del evangelio y otras extraídas de textos apócrifos, donde destaca la figura de María presidiendo todo el conjunto, con un impresionante porte, y sosteniendo en brazos a un niño Jesús de tamaño desproporcionado en comparación con la magnitud del de su madre. También aparecen representados los apóstoles y Don Sancho Abarca, fundador de la villa, y su esposa.
Iglesia de Santa María de los Reyes y su espectacular pórtico
El Puente de Piedra de Logroño es uno de los puentes que atraviesan el río Ebro a su paso por la capital riojana. También es denominado como Puente de San Juan de Ortega, en referencia a la capilla que existía en su margen izquierda - en honor al santo que tradicionalmente se cree constructor del puente original.
El puente de piedra es uno de los símbolos de la ciudad, apareciendo en su escudo y siendo el lugar de entrada a la ciudad del Camino de Santiago.
Puente de Piedra Logroño
San Juan de Gaztelugatxe, cuyo nombre significa “castillo de roca” en euskera. Se trata de una isla tan pequeña como impresionante, situada en la costa de Bizkaia. La isla tiene forma de cono y en su punto más alto se eleva una pequeña ermita dedicada a Juan Bautista. Aunque no está comprobado, se dice que él llegó a poner pie en esta isla.
San Juan de Gaztelugatxe está conectada a tierra firme por un puente de piedra hecho por el hombre. El puente se convierte en un estrecho camino de 241 peldaños que zigzaguea de un lado a otro hasta alcanzar la cima. Una vez allí, verás la iglesia con una campana en su pared frontal. Según la leyenda, si tocas la campana tres veces y pides un deseo, se cumplirá.
Bilbao, con el museo Guggenheim como gran símbolo internacional, es la puerta al universo cultural vasco. Una ciudad que es ejemplo de transformación urbanística y que ha mantenido una cultura y señas de identidad que la hacen única y singular.
Museo Guggenheim
Mamá del museo Guggenheim
Claustro Catedral de Bilbao
Aún en la zona árida, fuera de ese vergel pero custodiándolo como fiel guardián, se encuentra el viejo monasterio cisterciense que durante más de seiscientos años dio vida y sentido a ese lugar.