Siempre he pensado que la clave para seguir enamorado de viajar es no perder bajo ningún concepto la capacidad de sorprenderse.
No importan cuantos países llevamos metidos en la mochila, ni tan siquiera los mapas que hemos plegado en nuestros bolsillos.
Sin sorpresa no hay ilusión, sin ilusión no hay emoción y sin emoción no hay viaje. Soy incapaz de verlo de otra manera, ya que viajar es lo unico que compras y te enriquece más.
Mientras escribo estas líneas puedo recordar como desde la ventana del autobus a nuestra llegada vimos las murallas de Tbilisi, la capital de Georgia y cómo las luces de la noche se clavaban en los tejados cónicos de las iglesias, así como en los coloridos balcones de madera de las casas, era nuestra primera visión de esta ciudad.
Nocturna sobre el Kurá con el Puente de La Paz y la Fortaleza de Narikala
Nocturna balcones de Tbilisi en la ciudad vieja
Lo primero que hicimos fue visitar Tbilisi, su capital, esta nos propone un viaje en el tiempo. Es a la vez un campamento de caravanas persa, una capital zarista, un botín de mongoles, un laberinto otomano y un antiguo escaparate soviético que empieza a poblarse de rascacielos invasivos. Geográficamente en Asia, en su decadencia y en su simultánea pujanza ofrece una decidida imagen de ciudad europea a la vez exótica y familiar. Tbilisi significa "agua caliente" pues, de hecho, bajo ella corren manantiales de aguas sulfurosas que surten a los tradicionales baños.
Panorámica de la ciudad vieja de Tblilisi
La fortaleza Narikala fue fundada en el siglo IV con el nombre de Shuris-tsikhe (“Fortaleza Ingrata”). Fue notablemente expandida en el siglo VII por los Omeyas, y posteriormente por el rey David IV de Georgia (1089-1125). Los mongoles renombraron al fuerte como Narin Qala (“Fuerte Pequeño”), del que deriva su nombre actual. Muchas de las construcciones que se pueden ver actualmente son del los siglos XVI y XVII. En 1827, parte de la fortaleza fue destruida por un terremoto y parcialmente demolida.
Fortaleza de Narikala Tbilisis
La Iglesia - Catedral de Metekhi está en una de las zonas habitadas más temprana de la ciudad. Según las versiones tradicionales, el rey Vakhtang I Gorgasali levantó aquí una iglesia y una fortaleza que servía como residencia del rey; de ahí viene el nombre de Metekhi literalmente significa "el área alrededor del palacio". Según la tradición es el sitio donde donde fue enterada una martir del siglo V San Shushanik. Sin embargo, ninguna de estas estructuras han sobrevivido a la invasión mongol de 1235.
Desde aquí contemplamos la estatua ecuestre del Rey Vakhtang I Gorgasali. Fundador de la ciudad
Estatua ecuestre Rey Vakhtang I fundador de Tbilisi
Estatua ecuestre Rey Vakhtang I fundador de Tbilisi y la Iglesia de Metekhi
Nocturna de la estatua ecuestre Rey Vakhtang I fundador de Tbilisi y la Iglesia de Metekhi
El Puente de Paz es un puente de peatones en forma de arco sobre el Río Kura en Tbilisi. El puente fue diseñado por el arquitecto italiano Michele De Lucchi, que también había diseñado los edificios de la Administración Presidencial de Georgia y Ministerio dei Interior. Se inauguro en el año 2010.
Puente de La Paz de Michele De Lacchi sobre el Kurá
Desde el puente de La Paz
Estar en la intersección de Oriente y Occidente es algo que deja huella, hasta en los balcones. Son cientos los que cuelgan de las fachadas a lo largo y ancho del casco antiguo de Tiflis. Celosías delicadamente talladas en madera, encajes de carpintería y arcos caprichosamente perfilados recuerdan el paso de persas y otomanos, tan sólo dos de los muchos pueblos que conquistaron esta ciudad.
Balcones en la ciudad vieja de Tbilisi
Balcones en la ciudad vieja de Tbilisi
Balcones en la ciudad vieja de Tbilisi
Justo después de Karvasla (Museo) se encuentra, la catedral Sioni, insertada en una plazuela, con sus piedras amarillo brillantes, es uno de los atractivos de la visita al viejo Tbilisi. Fue hasta la inauguración de la catedral Saméba (Santísima Trinidad) en 2006 la sede del patriarcado ortodoxo de Georgia, la capital religiosa del país.
Sioni sería una de las iglesias edificadas por Vakhtang Gorgassali a finales del siglo V. Aunque la iglesia fue reconstruido completamente por David el Constructor en 1122, tras su toma de Tbilisi, para convertirse en el corazón del patriarcado de Georgia.
Sioni tiene planta de cruz. La fachada actual en toba amarilla es principalmente del Siglo XIX. La parte superior de la fachada norte es el vestigio más antiguo, con una inscripción de 1710. Alrededor de la inscripción, un símbolo solar y un grifo a cada lado. El interior es muy oscuro y apagada, creando una atmósfera espiritual. Los frescos actuales son un impresionante trabajo del artista ruso Grigori Gagarine; pintó esencialmente santos y símbolos de la ortodoxia georgiana. Sioni incluye uno de los tesoros más preciados de la cristiandad georgiana: la croix de santo Nino. La catedral alberga además las tumbas de los patriarcas georgianos. El alto campanario el otro lado de la calle es un buen ejemplo del clasicismo ruso y data de 1812.
Catedral de Sioni. Tbilisi
Campanario Catedral de Sioni. Tbilisi
Detalles en la Catedral de Sioni. Tbilisi
Nave central Catedral de Sioni. Tbilisi
La Basílica de Anchiskhati de Santa María (en georgiano: ანჩისხატი) es la iglesia más antigua que sobrevive en Tbilisi, la capital de Georgia. Pertenece a la Iglesia Ortodoxa de Georgia y data del siglo VI.
De acuerdo con los viejos anales georgianos, la iglesia fue construida por el rey Dachi de Iberia (522-534), quien había hecho de Tbilisi su capital. Originalmente dedicada a la Virgen María, pasó a llamarse Anchiskhati (es decir, icono de Ancha) en1675.
En Tbilisi hasta los cafés se dejan llevar por el fervor artístico y engalanan sus mesas como si quisieran conjurar al tiempo y volver a los viejos días donde el petróleo no existía. Es cierto, hay una Tbilisi futurista incrustada incluso en la ciudad antigua, pero hay también una rebelión que que se resiste.
La torre del reloj es un edificio inútil, desordenado y lleno de ternura, hecho con restos de la ciudad abandonados tras un terremoto. Está justo al lado del museo de títeres y es algo así como su ventana gratuita. Corta la calle con su irregular silueta inclinada de pisos amontonados con torpeza y señala el tiempo con las agujas y con una metáfora: la de la vida. Cada hora desfilan las escenas de amor, nacimiento y muerte, para volver a empezar poco después. Todos los materiales, todos los estilos se mezclan con desfachatada irreverencia en aquella mínima torre, como si la ciudad entera se hubiera compactado con todas sus columnas, sus balcones, sus pérdidas, sus azulejos, su oro y sus tristezas. Está allí desde hace poco, pero su alma es eterna y marca el grado cero de la Tbilisi más bella, la más antigua.
Panoramica Tbilisi
La torre del reloj es un edificio inútil, desordenado y lleno de ternura, hecho con restos de la ciudad abandonados tras un terremoto. Está justo al lado del museo de títeres y es algo así como su ventana gratuita. Corta la calle con su irregular silueta inclinada de pisos amontonados con torpeza y señala el tiempo con las agujas y con una metáfora: la de la vida. Cada hora desfilan las escenas de amor, nacimiento y muerte, para volver a empezar poco después. Todos los materiales, todos los estilos se mezclan con desfachatada irreverencia en aquella mínima torre, como si la ciudad entera se hubiera compactado con todas sus columnas, sus balcones, sus pérdidas, sus azulejos, su oro y sus tristezas. Está allí desde hace poco, pero su alma es eterna y marca el grado cero de la Tbilisi más bella, la más antigua.
La catedral de la Santísima Trinidad de Tiflis, comúnmente conocida como Sameba (სამება), es la principal catedral de la Iglesia ortodoxa y apostólica georgiana. Construida entre 1995 y 2004, es la tercera catedral ortodoxa más alta del mundo. Sameba es una síntesis de los estilos tradicionales dominantes en la arquitectura religiosa georgiana en las diversas etapas de la historia y posee algunos matices bizantinos.
La catedral de la Santísima Trinidad
A sólo 20 kilómetros de Tbilisi, encontramos la población de Mtskheta, no sólo la más sagrada del país, si no, la que fue durante 800 años, la capital del reino de Iberia, que es el antecedente de la Georgia actual.
Camino de Mtskheta nos encontramos una colina donde se encuentra una de las tres iglesias de la población que forman parte del Patrimonio de la Humanidad: la iglesia de Jvari. El emplazamiento valdría la visita aunque no hubiera la iglesia. Desde la colina disfrutamos de una preciosa vista de Mtskheta y de la confluencia de los dos ríos Mtkvari y Aragvi. Enseguida distinguimos la Catedral de Svestitskhoveli y la iglesia Santavro.
Jvari es uno de los monumentos más importantes del país, y data de finales del siglo VI (se inició el 586 y se terminó en 604). El templo se construyó justo en el punto en que Santa Nino había erigido una cruz de madera para celebrar la conversión de Iberia al cristianismo. Esta cruz atrajo a numerosos peregrinos de todo el Cáucaso, dada la capacidad que tenía para obrar milagros. Según un escrito que se encuentra en su fachada, fue el señor feudal Erismtavari Stepanoz I quien mandó la construcción de la iglesia.
Como todas las iglesias que vamos viendo en este viaje, la decoración interior es más bien austera. A veces con algunos frescos, a menudo dañados, y a veces sólo con el iconostasio o con algunas decoraciones geométricas que circundan puertas y ventanas. La forma de la iglesia de Jvari acabará siendo utilizada como modelo para muchas de las iglesias del país.
Rodeando la iglesia, podemos observar todavía los restos del muro que fue edificado en la Baja Edad Media, con el fin de fortalecer tan sagrada edificación.
Iglesia de Jvari
Iglesia de Jvari
Iglesia de Jvari
La importancia de Mtskheta es tanto histórica como religiosa. Entre los siglos III aC y VI dC esta fue la capital del Reino de Iberia. Pero uno de los hechos más importantes relacionados con la ciudad es la llegada a la población de Santa Nino, que llegó desde Capadocia a fin de predicar el Cristianismo. Su trabajo fue tan cuidadoso, que el 337 dC el rey Mirian III decreta el Cristianismo como religión oficial de Iberia. Fue precisamente Santa Nino quien pidió al rey Mirian III que construyera una catedral en Mtskheta, lo que se explica en una de las leyendas más famosas de todo el país. Parece ser que un comerciante de Mtskheta que vivía en Jerusalén estuvo presente durante el episodio de la crucifixión de Jesucristo y decidió comprar la túnica sagrada al soldado romano que se la había quedado inicialmente. Al llegar a Mtskheta le hizo entrega de la túnica a su hermana Sidonia, que murió sumisa en la emoción y el éxtasis. La leyenda cuenta que ni una vez muerta le pudieron sacar de la mano la túnica, por lo que decidieron enterrarla con ella. Y es sobre este lugar de enterramiento que Santa Nino recomendó al rey Mirian III que construyera una iglesia digna de tal suceso, ahora que el país se había convertido al cristianismo, dejando atrás prácticas ancestrales como el zoroastrismo.
Mtskheta
Una vez en Mtskheta nos dirigimos caminando hasta la Catedral de Svetitskhoveli. El recinto está amurallado por completo y es verdaderamente imponente. El campanario está situado formando parte de la misma muralla.
Catedral de Svetitskhoveli
Catedral de Svetitskhoveli
La Catedral es la construcción antigua más grande que hemos visto hasta ahora (y digo antigua, porque la Catedral de la Santísima Trinidad de Tbilisi es mucho mayor, pero es moderna). Está construida en el siglo XI, pero sobre los cimientos de una iglesia inicial, del siglo IV, que era de madera y databa de la época en que la antigua Iberia estableció el cristianismo como religión oficial del país. De hecho, esta primera iglesia fue sustituida 100 años más tarde, por una de piedra, obra Vakhgang Gorgasali. La importancia de esta Catedral no es poca, pues en ella se coronaban los monarcas georgianos. Muchos de ellos están enterrados aquí.
Catedral de Svetitskhoveli
Interior de la Catedral de Svetitskhoveli
Interior de la Catedral de Svetitskhoveli
Uno de los hallazgos más sorprendentes de mi primer viaje a Georgia fue el descubrimiento de nuestros antepasados comunes, los iberos. El gran río de aquel país es el Mtkvari, o Kurá, que, procedente de Turquía, forma un amplio arco sobre el mapa y se engrandece con las aguas procedentes del Cáucaso antes de dirigirse, ya muy poderoso, a Azerbaiyán para morir en el Caspio. Como ocurre con todos los grandes ríos, fue cuna de civilizaciones y lugar de asentamiento de los mas remotos pobladores de la región, particularmente los iberos, un pueblo que siempre se instalaba en las riberas de los cauces fluviales (Iber, quiere decir río).
Para saber más sobre los orígenes de los iberos, dirigimos nuestros pasos a Uplistsije, una ciudad troglodita y el más antiguo asentamiento conocido de los iberos caucásicos.
Se trata de un gran promontorio de piedra caliza que domina el curso del río Kurá. Hay que trepar un trecho por la holladura formada en la blanda roca antes de llegar a las cuevas excavadas en lo más alto y contemplar las magníficas vistas que se extienden sobre la amplia vega del río.
Uplistsije
Las ‘estancias’, cuevas excavadas en la roca, generalmente comunicadas entre sí, muestran en su interior numerosos huecos tallados en el suelo y en las paredes, seguramente para almacenar el agua, el vino, los alimentos, encender fuego, etc., así como algunas filigranas, de naturaleza netamente decorativa, en los techos.
Uplistsije
Hace, al menos, cuatro o cinco mil años que los iberos habitaron este lugar, un importante asentamiento de la época, cuando en nuestra Península Pirenáica ni se les conocía ni se les esperaba.
Uplistije llegó a ser, junto a Mesjeta y Gori, todas enclavadas en la margen septentrional del Kurá, un importante mercado en la Ruta de la Seda. Posteriormente, monjes cristianos lo convirtieron en uno de los mayores monasterios de Georgia, construyendo, allá por el siglo IX o X, una pequeña iglesia de ladrillo que sobrevivió milagrosamente a las hordas mongolas mandadas por Hulagu, nieto del Gengis Kan, en el siglo XIII, pero no así los más de cinco mil monjes, que fueron masacrados sin misericordia. El templo aún resiste en pie, restaurado parcialmente en piedra.
Uplistsije
Continuando el viaje salimos temprano desde Borjomi, una localidad famosa por sus antiguas aguas medicinales y que durante la época en que Georgia perteneció a la URSS obteniendo numerosos galardones. Poco a poco nos fuimos adentrando en el paisaje alpino salvaje de la montaña Erusheti, los arboles con las copas blancas nos acompañaron durante todo el recorrido como también lo hizo un serpenteante rio. Cruzamos varios puentes para finalmente arribar a Vardzia.
Una parada de unos minutos en el desvío que va a Vardzia para ver mejor la Fortaleza de Khertvisi, de la que se dice que fue destruida por Alejandro Magno.
Fortaleza de Khertvisi
Lo bueno de viajar es la posibilidad de encontrarse con lugares, fiestas o celebraciones que uno ni siquiera sabía que existían, y este es uno de esos lugares. Y como en circunstancias desesperadas, las personas a menudo se ven obligadas a realizar hazañas de proporciones míticas. A fines del siglo XIX, el reino medieval de Georgia resistía el ataque de las hordas mongolas, la fuerza más devastadora que Europa había visto jamás. La reina Tamara ordenó la construcción de este santuario subterráneo en 1185, y comenzó la excavación, tallando en el lado de la montaña Erusheli, ubicado en el sur del país, cerca de la ciudad de Aspindza.
Vardzia
Cuando se completó esta fortaleza subterránea se extendió 13 niveles y contenía 6000 apartamentos, una sala del trono y una gran iglesia con un campanario externo. Se supone que el único acceso a esta fortaleza fue a través de un túnel oculto cuya entrada estaba cerca de las orillas del río Mtkvari. La ladera exterior de la montaña estaba cubierta de terrazas fértiles, aptas para el cultivo, para lo cual se diseñó un intrincado sistema de riego. Con tales defensas, naturales y creadas por el hombre, el lugar debe haber sido prácticamente inexpugnable para las fuerzas humanas. Por desgracia, los gloriosos días de Vardzia no duraron mucho tiempo. Aunque a salvo de la invasión de los mongoles, no así de la madre naturaleza, ya que en 1283, solo un siglo después de su construcción, un devastador terremoto destrozó el lugar. El terremoto destruyó la ladera de la montaña y destruyó más de dos tercios de la ciudad, dejando al descubierto las entrañas ocultas del resto.
Sin embargo, a pesar de esto, una comunidad de monasterios persistió hasta 1551 cuando fue asaltada y destruida por Persian Sash Tahmasp.
Hoy el lugar es mantenido por un pequeño grupo de monjes celosos. Cerca de trescientos apartamentos y salas siguen siendo visitables y en algunos túneles las antiguas tuberías de irrigación todavía traen agua potable.
Vardzia
Su posición estratégica, en mitad de importantes rutas comerciales que conectaban Georgia con Bizancio y el resto de países eurpeos, la convirtieron en el centro político, cultural y administrativo del sur del país. De ahí que albergara tanta mezcla de culturas. Su fundación data del siglo IX y su nombre original era Lomisa. La palabra Akhaltsikhe es posterior y significa “el castillo nuevo”. La zona estuvo en manos de la poderosa familia Jakeli desde el siglo XIII al XVII. Después, pasó a convertirse en un núcleo administrativo de los otomanos bajo el mando de un pachá. En el siglo XIX los rusos se hicieron con el control.
Akhaltsike
En la fortaleza Rabati se resume la personalidad de Akhaltsikhe. En el complejo se concentra la arquitectura de las diversas culturas que pasaron por la ciudad y en su interior está la ciudadela, unos baños, la mezquita del pachá Haji Ahmed, una madrasa, una iglesia, un castillo y otros edificios de diversos usos…
La historia del Castillo de Rabati comienza en el siglo IX. En los siglos XII-XIII este lugar se convirtió en la residencia de los Jakels. Esta familia gobernó esta parte de Georgia durante siglos.
Fortaleza Rabati
La mezquita "Akhmedie" fue construida en 1752 por los arquitectos italianos. Según la leyenda, un arquitecto georgiano la construyó al estilo de la iglesia de Aya Sophia, por lo que se le impuso la pena de muerte.
Esta leyenda proviene de la arquitectura de la mezquita. Si antes Aya Sophia era una iglesia y se convirtió en mezquita, el destino de "Akhmedie" fue, por el contrario, fue una mezquita al principio y luego la convirtieron en iglesia.
Mezquita Akhmedie
Desde aquí partimos para Kutaisi es la segunda ciudad más grande de Georgia, y ubicada a unos 220 km de Tbilisi (o Tiflis).
En el siglo VI a.C., las tribus del oeste de Georgia formaron el estado llamado Reino de Cólquida, situado a lo largo de la costa del Mar Negro. Cólquida es la tierra en la que se desarrolla la leyenda épica de los argonautas. En la mitología griega, los argonautas fueron una banda de héroes, que en los años anteriores a la guerra de Troya, junto a Jasón, fueron a la Cólquida en búsqueda de su vellocino de oro, ya que los antiguos cólquidos guardaban el secreto de obtención de oro.
En la colina Uk’imerioni nos encontramos el monumento más famoso de Kutaisi: la catedral ortodoxa georgiana de Bagrati (siglo XI, reconstruida recientemente). A causa de su reconstrucción ha perdido el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Bagrati
Bagrati
Bagrati
Los georgianos tienen un asombroso talento para elegir lugares suntuosos donde edificar sus iglesias, y el caso de Gelati, no es una excepción. En una ladera boscosa al noreste de Kutaisi, los georgianos construyeron el hermoso complejo de monasterios de Gelati donde muchos gobernantes, incluido el gran rey del siglo XII, David "el Constructor", fueron enterrados. Los cronistas medievales describieron su academia como "una segunda Jerusalén" una "nueva Atenas" y asi lo atestiguan los fascinantes y coloridos frescos que decoran sus paredes.
La UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad no solo por sus mosaicos, murales o arquitectura, sino porque fue uno de los mayores centros culturales de la época. Lo mandó construir el rey David IV y las obras concluyeron en el 1106. En el 1510 los turcos le prendieron fuego. Los trabajos de restauración comenzaron ese mismo siglo y se alargaron hasta el XVIII. El complejo está compuesto por la catedral dedicada a la Vírgen, la iglesia de San Jorge, la de San Nicolás, el edificio de la academia, el campanario y las murallas.
Gelati
Gelati
Durante bastante tiempo, me dediqué a observar los sublimes frescos. Aprecié uno a uno, los siete nobles representados en la pared norte incluyendo al gran David , sosteniendo la iglesia, y a Bagrat III de Georgia, con una cruz sobre su hombro izquierdo. También me deleité viendo un mosaico de la Virgen y el Niño, con los arcángeles Miguel y Gabriel mirando hacia abajo desde el techo del ábside, estaba entusiasmado ante tanta belleza.
Seas o no un aficionado a la espeleología, si estás en Kutaisi, hay que visitar la cueva que hay en los alrededores. Una de de ellas es la de la Cueva de Prometeo, dónde el Titán sufrió su castigo.
La cueva de Prometeo es una cueva de 1,4 km de largo que consiste en 6 grandes habitaciones, llenas de formaciones espectaculares, que terminan en un gran lago. Un río atraviesa toda la cueva debajo o al lado de las pasarelas.
Cueva de Prometeo
Signagi, o Sighnaghi es la más atractiva de la región de Kakhetia. La ciudad está rodeada por los restos de las murallas del s. XVIII, que fue construida al mismo tiempo que se elevó Signagi. La muralla y la fortaleza servían para defender a la población de los ataques de las tribus dagestanís.
Sin embargo, el mayor atractivo de Signagi es el Monasterio Bodbe, dónde está la tumba de Santa Nino, una de las apóstoles de Georgia más venerada. Vivió en el s. IV, dedicó su vida a la divulgación de la religión cristiana, vio Kakhetia adoptar la Cristiandad oficialmente, y es cuando se retiró a las montañas Bodbe. Después de su muerte el Rey Mirian empezó a construir el Monasterio en Bodbe.
Aquí sí que no hay dudas. ¡Gremi es una auténtica fortaleza! En ella residieron los monarcas del Reino de Kakheti entre los siglos XVI y XVII hasta que el poderoso safávida Shah Abbas I de Persia la atacara sin piedad. Sobrevive parte de este fuerte, destacando la Iglesia de los Arcángeles, así como algunas estructuras defensivas de la vieja ciudadela de Gremi.
En Gremi
Gremi
Estamos en la región vinícola de Georgia, y es que en Georgia se ha producido el vino desde su fundación. La vid fue cultivado en los valles fértiles de Georgia hace 8.000 años,con más de 500 variedades de vid endémicas y las primeras vides cultivadas en el mundo. Las tradiciones de la viticultura del país se mezclan con la identidad nacional. También se cree que la palabra “vino” es de origen georgiano (“ღვინო” – “Ghvino” en georgiano).
En una llanura dibujada por viñas surge lo que a priori parece una fortaleza amurallada. Tal como se hacía a comienzos de la Edad Media, los centros religiosos eran considerados como auténticos fortines de la palabra de Dios. El edificio principal del monasterio de Alaverdi fascina por su altura (55 metros, sólo superado por la novísima Catedral de la Santísima Trinidad de Tbilisi), aunque una vez dentro lo hacen los restos de pinturas que han sobrevivido a las inclemencias relacionadas con su antigüedad (hay partes del siglo VI, aunque buena parte del monumento que podemos ver hoy día corresponde al siglo XI).
Monasterio de Alaverdi
Monasterio de Alaverdi
Monasterio de Alaverdi
Monasterio de Alaverdi
Monasterio de Alaverdi
Y no puedo cerrar esta página sin hacer mención al gran protagonista el "Gran Cáucaso". Convertido en un auténtico e inexpugnable muro alpino que define por completo la silueta de un país adherido a montañas inmensas cuyas cumbres nevadas se prolongan en vertical durante todo el año. Y es que Georgia es caucásica en su máxima expresión.
Panoramica Gran Caucaso